Hablar solos.

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No te dejes engañar por una portada aséptica (diseñada por Irene García Castillo). Aunque no transmita o desvele... lo que hay bajo ella merece la pena ser descubierto. Tal vez su selección se debe al no querer encaminar nuestro pensamiento hacia un rumbo sino dejarnos seducir por su interior, por sus palabras.

La novela hablar solos de Andrés Neuman me recuerda a Isabel Coixet (Mi vida sin mí, cosas que nunca te dije o la vida secreta de las palabras). Personajes que tienen una trama complicada y por ello actúan de un modo que antes ni hubiesen imaginado que genera atracción y rechazo, entendimiento y miedo.

Con este tipo de drama suelo disfrutar porque pienso que las vidas son más complejas que las típicas películas de mediodía de Antena3. Además te hacen pensar ¿que haría yo si...?. Y aunque la respuesta después no se asemeje nada a la realidad, en caso de que te ocurra, creo que es un buen ejercicio para descubrirte.
Fotograma de Mi vida sin mí.

Lo original de este libro es que cada personaje va teniendo su capítulo conforme avanza la historia. Andrés no utiliza el mismo lenguaje para todos sino que se pone en la piel de un niño, un hombre y una mujer (sus padres). Disfruté sobre todo con la narración de Elena, tiene frases muy potentes que encierran como una verdad absoluta, que no puedes discutir aunque en tu cerebro haya un pero que no quiera cayarse.

En la trama aparecen amor, muerte, deseos, dudas, respuestas... La familia es zozobra y calma, secretos y confesiones. Like life.